Estrías rojas
Las estrías recientes mostrarán cambios de mayor presencia de vasos sanguíneos en un proceso similar a la cicatrización del cierre de heridas a tensión.
Los cambios incluyen síntomas como el rascado que a su vez aumentan el trauma local.
Láseres ablativos como el láser de CO2 no van a conducir a mejoría en esta etapa de las estrías.
La utilización de cremas puede aliviar los síntomas pero éstas no colapsan los vasos sanguíneos.
Una vez el enrojecimiento cesa, la piel resultante mostrará hundimientos lineales.
En el proceso de toda esta evolución hay muchas acciones que se pueden tomar.
En principio, el láser Fraxel® 1550 es el más utilizado en esta etapa.
Es el que tiene mayor capacidad tanto de remodelación tanto de fibrosis como de controlar el aumento de redes vasculares inaccesibles a otros tipos de láseres.
Estrías superficiales
Estrías antíguas que conserven al menos el 50% del grosor de la piel no afectada y por lo general, con grados variables de pérdida del color de la piel.
El láser que se utiliza en estos casos causará inflamación, la cual provocará una respuesta que puede llegar a la nivelación de acuerdo al tiempo de evolución de la estría y el subnivel que exista.
En principio, tratar estrías antiguas y en mayor subnivel mediante inflamación controlada y la aplicación de bioestimuladores tópicos o inyectados, creará una mayor fidelización del paciente a la terapia, siempre y cuando se consiga crear una relación atractiva con los resultados.
Los casos de mayor desnivel necesitarán más aplicaciones y mayor frecuencia de las sesiones. Dado que, a mayor agresión del tejido, la inflamación se prologará más tiempo y sus resultados nunca serán más completos.
La inflamación prolongada llevará a hiperpigmentación en la piel más oscura por lo tanto, deberá ser sostenida y controlada.